sábado, 27 de diciembre de 2014

Triste poema

No tengo más que este poema entre mis labios,
un poema que llora cuando habla,
que deja entre sus lágrimas explorar el desierto,
que finge estar feliz cuando está muerto.

No tengo más que este poema entre mis labios,
un poema que abre los ojos grandes cuando mira,
que puede observar con sus pupilas lo más pequeño,
que cubre con la mirada la tristeza que lenta se levanta.

No tengo más que este poema entre mis labios,
esperando ser lamido, ser besado,
rosado por yemas con cicatrices proletarias,
pidiendo a gritos que se abran sus palabras.

No tengo más que este poema entre mis labios,
generoso, tranquilo, insurgente,
presto a decirse a sí mismo, a nombrarse,
dispuesto a pronunciarse en otros labios ajenos.

No tengo más que este poema entre mis labios,
este poema escrito para que lo oigas y sientas,
un poema para que puedas conocerme entera,
sentirme cerca, pronunciar con tu aliento manso,
la descripción de mis huesos, mis muslos, mi entrepierna.

No tengo más que este poema entre mis labios,
y me siento morir al enunciarlo, al decir su título:
Morir Amando. Y la tinta cual rímel desvanece,
y se pierde en mi boca como el amor que no dije,
como el silencio que esconde, como el dolor que florece.

viernes, 26 de diciembre de 2014

Quédate

Quédate en una sombra amanecida,
en un sol radiante, en la semilla,
quédate entre la gente que nos mira,
entre el humo de las gomas, el palo y la cerilla.

Quédate en mis palabras cuando grito,
en mis ojos llorosos, en mis labios tardíos,
quédate en mis manos cuando te abrazo,
que amasando la vida van abriendo caminos.

Quédate en los silencios escondidos,
en las caricias que juntas nos dimos,
quédate en la suave brisa fresca,
en los jazmines del edén ardido.

Quédate junto al árbol desojado,
a  flores de primaveras envejecidas,
quédate para siempre en tu nostalgia,
en tus sonrisas de amigables esperanzas.

Quédate en cada lucha y resistencia,
en cada compañera que no regresa,
quédate entre la gente caminante,
entre el fusil y la bala militante.

Quédate sobre todo en nuestra historia,
en la activa memoria colectiva,
quédate en cada roja mariposa,
en cada rosa blindada poderosa.

Quédate entre los gases y las bombas,
entre las resistencias callejeras y las broncas,
quédate entre nosotras finalmente,
besa en la boca a la revolución que emerge.

martes, 23 de diciembre de 2014

Poesía de muerte

Hasta saber que has llegado,
hasta encontrarte algún día en algún lado.

Hasta desearte la boca,
hasta saciarme en ella desbocada.

Hasta saberte cerca,
hasta encontrar el hilo que nos une aun en la ausencia.

Hasta saberte viva,
hasta oler en tus carnes peregrinas, el olor de tu existencia.

Hasta quedarme quieta,
hasta contemplar tu rostro joven en aguas viejas.

Hasta saberme muerta,
hasta sentir esa certeza de no estar en la misma permanencia.

Hasta saberte en mí,
hasta encontrarte en los rincones de mi inocencia.

Hasta poder beberte,
hasta colmar mi sensación de sed entre tus piernas.

Hasta sentirme viva,
hasta sentirme  muerta,
hasta sentirme al fin cuando ya nadie me sienta.

lunes, 15 de diciembre de 2014

Toma Louis

En navidad nacen los niños y las niñas,
por fin recuperadas de las violaciones de los curas,
de la infancia negra como las sotanas que cosen
las madres de los niños y las niñas abusadas por dios.

En navidad nacen las mujeres muertas por abortos clandestinos,
muertas por la iglesia, los sermones, la moral cristiana y las buenas costumbres,
nacen y se encuentran, se organizan y avanzan,
contra la cruz con forma de pene y misógina mirada.

En navidad nacen las maricas excomulgadas,
castigadas, estigmatizadas, discriminadas, expulsadas,
nacen con polleras y collares, llenas de colores nacen,
como los obispos que gustan extender la mano para que sea besada.

En navidad nacen las mujeres sancionadas,
las que pecan por no tener plata, por ser nada.
Nacen las putas y las travas, nacen como en Almodovar,
las fantasías de asesinar a quien condena con la mirada.

En navidad nacemos las desquiciadas,
las enfermas y rebeldes, las ex - comehostias,
las que le miramos el bulto a José, el carpintero,
las que blasfemamos entre mayonesa de ave y vitel toné .

En navidad nace el puto que dejé en el pueblo,
el puto que me dijeron quienes abrían la boca
solo para meterse un pedazo de pan creyendo que se comían a dios,
sin saber lo sabroso del sexo en la lengua y en los labios.

En navidad nacen las maricas de sacristía reprimidas,
sueñan que podrán ser libres ahí algún día,
mientras lustran el cáliz del verdugo del señor
que apoyará  en su espalda una respiración mortal.

En navidad las putas festejamos
que el señor por fin se hizo carne y habitó entre nosotras,
nos mostró su rostro y nos regaló el reino de los cielos,
para poder coger tranquilas y comprobar al fin, que dios existe.

viernes, 12 de diciembre de 2014

sexo

¿Podrás acaso decir mi nombre
sin pronunciarlo siquiera?

¿Subyace a tu obsesión por las fálicas formas
algún deseo maricón bien escondido?

¿Eyaculas sin orgasmos cuando gimes en mi cama,
cuando empapas de sudor mis sábanas manchadas?

¿Huyes sin saber a dónde ir ni qué hacer,
cuando la angustia se instala en tu cuerpo?

¿Sacias tus carnales deseos después de penetrarme,
enérgico, rítmico, armónico, famélico de mí?

¿Puedes detener tu pensamiento lascivo,
aun cuando dejo entrever entre mis piernas mi sexo erecto?

Quiero sentir una vez tu calor adentro mío,
tus instintos sexuales que me entregas cada vez,
dame alimento sexual que es lo que quiero de vos,
sacúdeme y desvísteme, exhala y termina sobre mi almohada. 

domingo, 30 de noviembre de 2014

Hay algo

¿Eres, acaso, en la soledad de mis palabras
una sombra que vuelve eternamente?
Dejas en mis labios, amargo sabor a muerte,
amargo y dulce sabor a demencia.

¿Conoces de mi angustia las noches de tristeza,
las bífidas lágrimas que el dolor deja caer sobre mi rostro?
¿Puedes, aún con dificultades advertir en mi letargo,
frío, fétido y amorfo, un pasado de placeres y deseos?

¿Deseas el sexo como yo?
¿Tomas de mí el néctar de oscuros amaneceres silencioso?
¿Manan de tu hueco bocas hambrientas,
rapaces y famélicos deseos?

¿Silencian tu boca como a mis palabras
los falsos dueños de las falsas verdades?
Pide un deseo aunque sea pequeño
o aunque parezca inalcanzable.

¿Mientes al decir con tus palabras que estas aquí,
al pronunciar con tu boca los secretos de mi garganta?
¿Sueñas al decir revolución, al contemplar con tu mirada mis delirios?
¿Sueñas que tu ideología podría desnudarse,
masturbarse, ser penetrada por un aliado?

¿Crees que la revolución nos hará libres,
a pesar de los tacos y polleras,
aun cuando remplacemos escarapelas,
por rosas rococó sin estrellas rojas?

¿Sueñas con que esa revolución nos dejará besarnos en la boca,
en medio de las plazas y veredas, frente a la vírgenes que abortan,
frente a los curas sin subsidios para sus reservas?

¿Sonríes cuando imaginas al comandante entre tus brazos,
trémulo, silencioso, oculto entre sus miedos y tu cuerpo,
deseoso de besar en  tu boca revolucionaria,
esas palabras de esperanzas combativas y llenas de libertad?

Besa mi rebeldía y lléname de mariposas rosadas,
besa mi ideología y humedece con tu sudor ardiente,
mi boca abierta, presta a gritar revolución en cada triunfo,
llena de ira como mis ojos, que en cada mirada fulmina al enemigo que nos acecha. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

Nada es hoy

Hay un rincón,
donde guardo mis cosas secretamente.

Hay un recodo,
me acaricia en mis noches de soledad.

Hay un refugio,
contiene mis angustias y frustraciones.

Hay una cueva,
abriga y resguarda ante el peligro.

Hay una cama,
regala sexo hasta el orgasmo.

Hay un armario,
esconde mis identidades disidentes.

Hay un escondite,
aguarda el momento de la clandestinidad.

Hay un sendero,
orienta mis delirios de avanzar.

Hay un agujero,
abre su puerta para ir a jugar.

Hay una vida,
explota en las manos de la libertad.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Esbozo de una escuela que deviene escuela

En la escuela aprendo a decir
revolución.
Emito con mis cuerdas vocales
la palabra transformación.
En la escuela aprendo a decir
construcción.
Y son parientes esas palabras:
transformando construyo revolución.

En la escuela aprendo
a desaprender aprendiendo.

Aprendo a decir que no,
levanto la mano para hablar,
ya no me río más de mi compañero,
aunque sea maricón.
El profe dijo el otro día
que él también es maricón,
igual que Lucas.

En la escuela aprendo a disculparme,
porque a veces me equivoco
y lastimo a otrxs.

En la escuela aprendo la palabra
libertad,
que rima con soledad,
 pero no es lo mismo.

Cuando me aburro en la escuela,
voy al baño
a veces fumo porro,
y otras veces…
me da vergüenza,
por eso no quiero que entren,
es mi lugar y el de Lucas...
algunas veces.

En la escuela aprendo
que las profes están trabajando,
aunque a veces no tengan tizas,
o borradores.

En la escuela aprendo números,
mil novecientos setenta y seis
 que tienen que ver con
treinta mil,
que son lxs desaparecidxs.
Dos mil diez,
que es el año de la toma,
aunque ya no se la recuerde.

En la escuela aprendo
que aunque se vaya Cristina,
el sistema capitalista va a continuar,
porque los políticos quieren robar.

Marx dice
que nosotrxs somos lxs explotados,
en realidad eso lo dice la profe.
Mi mamá trabaja en una fábrica,
pero dice que le gusta lo que hace,
mi tía se ríe porque ella es piquetera,
se queja de todo.

La escuela no es mi casa,
pero a veces la extraño.

En la escuela hay problemas,
eso dicen lxs profes,
parece que no se ponen de acuerdo,
yo creo que porque son muchxs.

En poco tiempo me voy,
y está bueno,
porque la profe dice
que en la escuela la libertad
la decimos pero no la hacemos.

Ahora cuando me vaya voy a ser libre,
igual está el sistema…
y mi papá que no tiene plata.

El profe de educación física
se compró un auto,
es gris.

En la escuela aprendo los colores,
por ejemplo: rojo,
amarillo, azul, naranja,
verde y violeta.
Esos forman la bandera del orgullo,
que tiene que ver con un bar de
estados unidos.

En la escuela, a veces,
me siento mejor que en casa.


Yo aprendo mucho en la escuela.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Una palabra

Una palabra pronunciada a contrapelo,
dicha y enunciada con vértigo,
inconforme, insatisfecha,
desobediente.

Una palabra que sale de tus labios,
rojos, viscosos, abiertos,
sale y no vuelve,
ya no te pertenece.

Una palabra gritada desesperadamente,
incandescente, luminosa,
elevada al oído de los sordos,
los que no escuchan.

Una palabra que susurras en mi oído,
dulce, erótica, ardiente,
cosquillea mi cuerpo, me transpira,
me penetra.

Una palabra surgida del silencio,
estridente, disonante, disruptiva,
se presenta sola y abrupta,
mata la alienación del pueblo.

Una palabra oculta entre otras visibles,
silenciada, amordazada, oscurecida,
deja sin existencia lo que nombra,
sufre en el ocultamiento permanente.

Una palabra que sale del armario,
emancipada, libertaria, guerrillera,
muestra su fuerza más rebelde,
arremete en las trincheras.

Una palabra loca, anormal,
amoral, desquiciada, desviada,
puro delirio a enmudecer pronto,
interpela tus palabras.

Una palabra final,
la última palabra que se nombre,
honda y profunda como mi sexo abierto,
y entregada la placer como mis carnes.

Proceso

Abro las puertas de mi memoria,
una por vez.

Escucho las voces de mi pasado,
todas juntas.

Me aturden las sirenas estridentes,
me marean.

Huelo en el aire el perfume del terror,
se mete en mí.

Miro hacia tus brazos venosos,
me excitan.

Abro mi boca y digo con claridad,
palabras.

Abro mi boca y entrás vos,
adentro.

Subo los peldaños del deseo,
vertiginosamente.

Me sostengo entre tus piernas,
sin descender.

Huelo ahora un olor a placer,
me calienta.

Lamo tu entrepierna con mi lengua,
encendida.

Busco entre tus carnes el pasado,
me detengo.

Caen sobre mis mejillas las lágrimas mías,
lloro.

Meto mis falanges en los huecos vacíos,
exploro.

Mamo de tus carnes la esencia sexual,
vuelo.

Fumo un faso entero y me echo a andar,
sueño.

Sueño con tus brazos venosos y fuertes,
entregada.

Me abro hacia tu sexo siempre que me abrazas,
deseándote.

lunes, 17 de noviembre de 2014

En la ciudad….

Sobre el asfalto hirviendo de una tarde de enero
huyes corriendo de la policía que te ha señalado,
¿es acaso tu deseo maricón que provocó tal ira?
¿cuántas veces te dije las caderas no son libres para vos?

Huyes del látigo heterosexual normatizado, obligatorio,
arraigado a la mentira de la casta del falo azul pauperizada.

Oyes el golpe del borceguí en la calle
y del móvil ves la luz azul  intermitente que te ciega.
¿Por qué soy maricón? te lo planteas,
¿por qué en mí deseo el demonio encuentran?
la norma heterosexual te lo recuerda.

Quiero flayear con vos y que me vean,
quiero ser libre entre tus calles de eterna primavera,
quiero que mi temor desaparezca,
quiero ser mariposa entre los bosques,
entre la oscuridad ser la luz multicolor,
ser en el placer, el deseo mejor que te alimenta.

Buscas entre tus recuerdos las miradas,
la necesidad de creer que hay caricias,
que las alegrías superan las tristezas,
y que la represión falló ante la claridad sonora,
ante la mirada de goce de l*s amantes anormales,
de sodomitas merodeantes en estas tierras.

Te buscas entre tanta indiferencia,
cristiana, patriarcal y traicionera.

Unges en el dolor de los olvidos,
la solidaridad del oprimido,
la consolidación de los caídos,
la recuperación de l*s perdid*s.

imagen

uno a uno caen desojándose los pétalos,
los pétalos de la flor de la felicidad,
despacio,
silenciosos,
suaves caen.

buscan en el aire algún lugar mejor,
tratan de sostenerse ahí,
en donde el silencio parece no llenarse nunca de sonidos,
blancos,
rojos,
azules,
amarillos.

mueren lentamente como yo algún día,
sueñan con silencios que nunca encontrarán,
quietos,
marchitos,
sin perfume,
igual siguen reluciendo en el paisaje del abismo y del terror.

martes, 11 de noviembre de 2014

des...nudándome

Quiero en mi cuerpo desnudo
sentir tu veneno correr en mi piel,
ese veneno que sacia
mi placer de perra grabado en tu sien.
Quiero desnudar mi cuerpo
para que el delirio se apodere de él,
ser como la hoja al viento,
que alegre deslízase en loco vaivén.
Quiero en mi cuerpo desnudo
sentir finalmente derramar tu hiel,
dar a mi sexo el motivo,
para que tu semen penetre en mi ser.
Cuerpo denudo y abierto,
al festín que sola te invito a beber,
libre y abierto a las lenguas,
que encendidas queman mi piel de placer.
Cuerpo denudo en tus ojos,
que alegre y hambriento te invita a comer,
sudan axilas flexibles,
que mi lengua moja por décima vez.
Libre y desnudo es mi cuerpo,
como los gorriones de donde me crie,
desnudo en mis nalgas libres,
parece mi cuerpo que va a florecer.
Potente desnudo se yergue,
sobre los deseos de los chongos que,
viriles ignoran, suponen,
que sobre su sexo no hay mejor quehacer.
Podre sus cuerpos que pasan
alienados entre los caros chanel,
se ven torneados, brillosos,
luciendo peinados que europa nos dé.
Sobre esos cuerpos quisiera,
poder invadir la misógina piel,
incorporar a sus formas,
colores y aromas de américa en pie.
Subviertan los cuerpos desnudos,
la moral  decente y cristiana también,
exorcícense unos con otros
y formen orgías  de exótica miel.
Exhalen los cuerpos desnudos
olores a sexos que meneándose,
se rosan derramando ríos,
de líquidos mórbidos desojándose.
Desnudas y abiertas mis piernas,
te buscan, te invitan para adentrar,
en esos sus hondos secretos,
que piden agritos ya la libertad.

lunes, 20 de octubre de 2014

¿Qué me habita?

La partida que es un punto de llegada,
y es partida del dolor que atravesado,
en mi cuerpo y en los cuerpos  deseados,
se subleva ante el silencio aceptado.
Desterrado el dolor de nuestros ojos,
en llantos, en sollozos expresado,
en lágrimas de amor y de realismo,
en la sinrrazón de la vida, los vivos.
¿Qué erotismo se asoma tras tal deseo?
¿Qué pensamientos emergidos de mis lágrimas,
han de amanecer con el sexo en mis espaldas?
Seguro que sos vos, que soy yo entera y desnuda
ante la oscuridad.

sábado, 18 de octubre de 2014

Al aire

De aros colgantes y make-up sobre nuestro dolor,
de apretados, ligeramente ajustados, pantalones,
de pequeñas minifaldas y colores,
de medias en las piernas y tacos altos.
De aroma a perfumes importados,
de carré soñado y cintos anchos,
de un labial colorado, rímel apurado,
de brillo diminuto, de collar plateado.
De tus valijas de magia soñadora,
de travestismo y noche, de marlboro box y coca cola,
de ácido humor para matar condenas y miradas,
de aguerrida defensa ante amenazas.
De cómo compartimos caravanas,
túneles y pasillos desbocadas,
de todo eso y más estoy armada,
de tu sonrisa fiel, de tu inmediata ayuda trasnochada.
De viajes y delirios, de sexos que erectos convocaban,
de mares y de montes, de playas y valijas desarmadas.
De tardes de verano descansadas,
Cocas Sarlis, Madonas y Susanas.
De calles que en el eco de tus tacos,
iban anunciando nuestra llegada,
de pelucas y bodis ajustados,
de pura sinceridad, de locas sueltas que fuimos,
en los amaneceres de la ciudad dormida,
en nuestras primaveras amaneradas,
en nuestras risas cómplices de madrugada,
en el mate de la llegada a casa,
en cada maricón y en cada loca,
en mi identidad amariconada,
sos mi madrina y así te lo he pedido,
porque tus brillos me enseñaron a vivir,
como las mariposas soñadoras,
como en la erótica infancia atrincherada,
pero por sobre todo, en esta vida patriarcalizada,
en la libertad de mi género, orgullosamente emancipada.

lunes, 13 de octubre de 2014

placeres…

Sentí el calor de tu pene erecto dentro de mí,
húmedo entrando y saliendo, friccionándome,
el golpe de tu pelvis sobre mi espalda,
salpicándome, moviéndome, atravesándome.
Acelerándome atraviesas más fuerte,
más rápido, hundido dentro mío sudando,
activo como nunca me rosas con tus dedos
mis tetillas, mi esternón, mi labios…
Abierta la boca dejo entrar tus dedos fríos,
rosan mis dientes, mi paladar y salen salivados,
chorreando hilos de saliva deseosa de lubricarte,
resbalas por mi panza hasta arrodillarte.
Como si pidieras perdón cerrás los ojos,
y con tu lengua acariciás mi sexo que estalla,
que vuela hacia el vacío de la lujuria y el deseo,
revienta entre tu boca y tus labios que hierven de placer.


lo(cura)

Una mirada perdida en el horizonte,
en un horizonte no muy lejano,
no muy familiar, amenazante,
despojado del afecto cotidiano.

Una caricia fría, lejana y extraña,
rosa con sus manos marcadas por el trabajo
las blancas mejillas heladas y casi grisáceas,
que no recuerdan el calor de los besos.

Una voz desconocida, casi imperceptible,
que pareciera generar confianza,
ruidos lejanos que se acercan, se adelantan,
agudos por momentos, dislocados.

Un color, monótono, homogéneo,
triste, sin lógica, descolorido,
cercenando la imaginación,
oscureciendo lo oscuro del infierno.

Una música casi inexistente, moderada,
con fondo de guitarras y violines,
leve y sostenida en melodía, despide el día
y recibe a la noche fría y silenciosa.

En el medio del silencio nocturno un balbuceo,
un llanto lejano o una queja, da lo mismo,
un dolor que se va a la muerte lentamente,
como se van l*s loc*s al olvido final y permanente.

martes, 7 de octubre de 2014

humedad roja

¿es amarga mi mirada de dolor,
honda mi tristeza y mi desolación?
¿puedo, acaso, sin desesperaciones,
recuperar la memoria anclada en un recuerdo oscuro,
lleno de sinsabores y desencantos?
¿es válido y legítimo que mire,
que penetre con mis fantasías húmedas,
tus labios cuyas comisuras,
húmedas también como mis fantasías,
se rosan, resbalan, se yuxtaponen?
¿puede acaso alguien poner en duda mi estar,
mi estar aquí y ahora, mi materia, mis deseos más íntimos,
las construcciones que de la soledad me habitan?
¿es un mandato, quizá, suponer que finalmente,
después de esfuerzos personales y colectivos,
de disputas definitorias, de resistencias, de organización,
la sensación de no poder avanzar nos amenaza,
no saber hacia dónde ir, si huir o enfrentar lo que no conocemos,
nos vulnera, nos frustra, nos hunde en el olvido?
¿es, por sobre todo, el deseo reprimido,
que da vueltas en mi cuerpo,
ese deseo de tocarte, de meter mi lengua en tu boca,
para que tus palabras llenas de revolución me sacien,
el que no deja sentirme feliz, o al menos tranquilo?
¿puede acaso tu olor y tu piel de macho,
dominar mi subversión sexual, mi género?
¿tu mirada y tu sonrisa rojas de deseo,
son las que logran, cuando te veo, con tu remera,
dejando ver los antebrazos y en sus vaivenes el vello de tus axilas,
las que sostienen esta locura húmeda, platónica, casi homófoba?
¿quién puede, sin pensar en la humedad de tu pene entre mis muslos,
acaso, definir, sostener o juzgar, después de haber salido del baño de varones,
que mi pensamiento es autodestructivo, contrario a mis principios, a mi ideología?
¿no es posible, entonces, que tu mirada lasciva, cargada de ira y semen,
y mi sonrisa de ingenuidad construida, te caliente,
aun sabiendo que nunca te atreverás a introducir en mí,
tu dedo sediento de calor carnal, deseoso de jugar a entrar y salir,
que despierte tus instintos más sexuales,
tu necesidad de abrir con tu lengua mis palabras?
¿podemos, sin embargo, ser revolucionari*s como el resto,
sostenernos en la disciplina heteronormada, blanca, monógama?
¿es, finalmente tu mirada y la mía las que se cruzan,
o es el Estado y la Revolución lo que nos une,
o, más exactamente, la idea de saber que en nuestro socialismo,
tu cuerpo con el mío pasaran a ser uno, en la noche de la liberación definitiva?