lunes, 6 de julio de 2015

Mi hombro o una dedicatoria al santo padre

Qué necesito
me grita el hombro,
que se presenta somático
eliminando mi no dolor.

Y yo solo lloro
sin saber si ese dolor profundo,
llega desde el hombro
o desde las profundidades de mi vida.

¿Qué hacer?
no me lo ha respondido aún
ni el hermoso Lenin.

¿Puede ser que ese dolor
se traslade a mi cuerpo entero?

Lloro otra vez,
han sido demasiado
los dolores que me infligió
la cruz de tu iglesia.

Ya arderás con ella.

viernes, 3 de julio de 2015

Invierno

Ilumina el relámpago
la intensa oscuridad,
tan intensa como mi dolor,
como tu olvido.

Parece que el frío
calara mis huesos,
me helara por dentro
hasta quemarme.

Como un cadáver
abandonado me siento.

Triste y olvidada,
solitaria
en la noche vagabunda.

jueves, 2 de julio de 2015

Estar

Puedo convertirme
en una nada rodante,
silenciosa,
en movimiento.

Alcanzar el infinito,
bajar al centro de la tierra,
abrazar el mundo,
viajar a Júpiter.

Elijo quedarme
en tu olor a hierba fresca,
hundida en la seda de tus cabellos,
apoyada en tu panza,
rozando con mi mejilla tu nariz.

Hoy no quiero la distancia
ni el infinito,
no quiero viajar,
necesito estar a tu lado.

lunes, 29 de junio de 2015

Nocturnidad

Estridente
irrumpe el sonido
el silencio nocturno.

No es un tren,
ni una turbina.

Oculto entre la noche,
vuelve.

Me deja perdida,
desencajada
en medio de mis pensamientos.

De repente
presiento que desaparece,
pero vuelve una y otra vez.

Ahora más agudo,
antes más pesado.

Se aferra a mi sentido,
quiere cooptarme.

Huyó,
pero no lo enfrento.

domingo, 28 de junio de 2015

Otro orgullo

Orgullo de pelear por nuestra existencia,
de saltar las vallas,
de caer sobre el enemigo y matarlo.

Orgullo de amarnos entre todas,
de acariciar la mano libertaria,
la resistencia y la organización.

Orgullo de gritar lo que nos plazca,
de salir a la calle,
de besarnos en todo el cuerpo.

Orgullo de decirle no al matrimonio
que nos condena a encorsetarnos
en las costumbres cristianas y burguesas.

Orgullo de ensuciar la iglesia,
de ensuciarla más de lo que está,
como ha ensuciado
cada una en nuestras vidas.

Orgullo de nombrarnos,
de decirnos putas, tortas, travas,
maricas, lesbianas, locas.

Orgullo de rechazar lo diverso,
porque no somos diversas
somos cada una,
particularmente en nuestras vidas.

Orgullo de sabernos unidas
ante una injusticia,
de bufarnos de las oficinas lgtbiq,
institucionalizadas,
amarradas a la compra y venta
de la política democrática burguesa.

Orgullosas de mirarnos a los ojos,
de encontrarnos en las sonrisas,
de estar con las putas y las pobres,
con las niñas y los niños.

Orgullosas de ser
entre la mierda oficialista,
otro lugar, otro espacio,
el puño rosa levantado,
contra el patriarcado, el capital
y las asimilacionistas de boutique. 

sábado, 27 de junio de 2015

Tristeza de otoño

El rocío humedeció mis labios,
nada volvió a ser lo mismo,
yo era otra
con mi piel mojada.

Él caminó hasta la casa,
entró,
 cerró sus puertas
y no volvió hacia la ventana.

El olor de la tarde
sabía a tierra mojada,
cada tanto…
aroma de madreselvas
que traía el río.

Pude gritar,
preferí la comprensión del silencio,
caminé hasta la piedra,
lloré en soledad.

lunes, 22 de junio de 2015

La casa

Soy entre estos espacios
esa pequeña mancha perdida,
la esquina amarillenta
olvidada por el pintor,
el zócalo suelto
acomodado con el pie,
el revoque caído
junto a la ventana.

Soy en esta casa,
fría por el invierno,
una soledad que deambula
en el día,
cuerpo en movimiento,
sonido aislado.

Soy,
en el silencio
de esta casa,
la voz
que la llena de misterios.

La inundación

Quedó inundada la habitación
de tanto que lloré ese día.

Las lágrimas caían de a una
al mosaico corroído,
opaco y ajeno al llanto.

Lloré y lloré,
no podía detenerme,
me venía de otro lugar,
del interior
de mi cuerpo.

La habitación se convirtió
en río o en mar,
se llevó para siempre
mi tristeza,
la certeza de creer que
todo es eso,
lo que tenemos.

El corazón
recuperado del ahogo,
volvió a latir con más frecuencia,
pude abrir los ojos.

El agua me arrastró
hasta la orilla de la libertad,
no volví nunca más la mirada.

domingo, 21 de junio de 2015

La siesta

Escucho en el silencio
 de la siesta
un silbido lejano,
risas de niñas,
y el ladrido
del perro de enfrente.

A veces,
cuando los vecinos
se entretienen,
el ruido monótono
de la pelota en las paredes
se incorpora en mi sueño,
entonces juego
en un potrero
libre.

El motor
de un auto que pasa
me saca de ahí.

Sentado en la cama
pienso si el potrero existe,
o es la ilusión
que me ha dejado volar
solo un momento.

Mi risa irrumpe
el silencio de la casa.

Me quedo sintiendo
en el recuerdo,
el olor a fútbol
impregnado en la piel
de mi amigo.

Vuelvo a reír,
añorando quizá,
una caricia infantil transpirada. 

lunes, 15 de junio de 2015

Tus ojos, los míos y el silencio

Hay entre tus ojos
y los míos
una distancia que recorre la historia.

Perfumes dulces  
en mis pestañas
negras,
arqueadas por resistencias nocturnas.

Pupilas
que aun cicatrizan
aplacan los dolores.

Lágrimas
impregnando
mis mejillas de sal.

Hay rímel
en mis pupilas,
hay ojos negros
que conocen el pasado
y el placer.

Entre tus ojos y los míos
la distancia
la une el silencio.

domingo, 7 de junio de 2015

Percepciones

Colores carmesí,
oleos y bual.

Dejé dos espacios entre sillón y mesa,
preferí números impares,
me tranquilizan.

Las cajas apiladas,
son como resabios de lo que pasó,
de ruidos obscenos
y vino derramado como recuerdo.

La ventana se percibe más grande,
sola como yo en la casa,
sintiendo el blanco aturdirme,
deshacer mis últimas miradas.

Cuando la casa quede sin mi presencia,
podrá como hoy sentir el perfume
dulce y profundo de las flores.

Avanzo algunos pasos,
siento que puedo bailar,
pasear de un lado al otro.

El eco de mis palabras
suspende por momentos mi voz,
la amplifica,
y me recuerda que aún estoy aquí,
entre estas paredes.

viernes, 29 de mayo de 2015

El alzamineto

Golpe eterno,
omnipresente.

Se hace sangre,
en mí sangre que es roja,
y revienta.

Multiplica miradas,
resistencias nuevas,
se alza entre la oscuridad
y la miseria.

Va dando a la tierra,
alimento de libertad,
vuelve a habitarnos,
ante el silencio.

jueves, 28 de mayo de 2015

La ventana

Presa de la oscuridad,
del descanso,
la ventana cerrada,
esconde un secreto.

Es de chapa,
gris,
con hendijas diminutas,
como la luz que las atraviesa.

No la abrieron
las tormentas.

Está descolorida
por el paso del tiempo.

Busca despertar,
moverse,
soltar los secretos
que la atan al pasado.

miércoles, 27 de mayo de 2015

La grieta

Una línea nunca recta

dibuja en la pared blanca la grieta,

parece que me mira,

que examina desde adentro

la vida propia del cuarto

despojado de objetos,

que antes construyeron su identidad.

Diminuta,

en el espacio infinito,

como mi soledad.

sábado, 23 de mayo de 2015

Insomnio

Un vino, unas flores
y una música loca,
habitan esta casa que soy.

Esta casa blanca,
con cuartos también blancos,
y un baño que en las noches
acompaña mi insomnio,
al ritmo de las gotas de agua,
que marcan el tiempo del silencio.

viernes, 22 de mayo de 2015

Ser canción

Ojos profundos,
cejas oscuras como tu piel,
sonrisa clara,
juvenil.

A veces ingenuo
y a veces perspicaz.

Hay sonidos de niño
en tus canciones,
y el día te ilumina,
cuando acaricias,
el rostro de la infancia,
en la plaza del barrio.

Pero tu música dice resistencias,
es alarido en la injusticia,
y se vuelve en tu vida,
una murga eterna.

domingo, 10 de mayo de 2015

Ausencia

Caen sobre el infinito,
las últimas caléndulas,
se arrastra sobre el lirio
 el amarillo del otoño.

Se mueven esos álamos
al ritmo de los vientos,
que invitan a la noche,
a posarse en su sitio,
a iluminar con su luna,
los secretos perdidos,
nuestro bello horizonte
de pan y de deseo,
de sexo entre lamidas,
de sexo entre tu manos,
de sexo entre mis nalgas,
de sexo entre mi pene erecto
y tu boca embebida,
de mi semen viscoso,
mientras la noche oscura
que penetra en tu cuerpo
te abre las heridas.

Al fondo del abismo,
al interior del día,
se mueven nuestras formas,
se mueven nuestros cuerpos,
como a la luz del día.

Yerto, muerto,
abierto, inmóvil,
de par a par mies piernas
como una vez tu sexo.

Yerto, silencioso,
abierto entre mis piernas,
peladas, blancas, pálidas,
que otras veces tuvieron el calor de tu sexo,
el tibio semen blanco
que me diste algún día.

Y yo miro las sierras
y me quedo perdida,
quizá pensando en ella,
quizá queriendo salir de esta noche abrumante,
de esta tristeza mía,
que al regresar a casa
me devuelve a tus manos,
me devuelve entre tus ojos tardíos,
y tu mirada dice,
que ya no estoy contigo.

Mi cuerpo deseado

Mi cuerpo está empapado
por tu sudor,
por tu saliva,
por tu semen que deja perfumadas mis nalgas,
mi pecho,
mi esternón,
mi cuello,
mi cara,
mi nariz.
Semen impregnado,
saliva impregnada.
Espesa,
como la selva.
Espesa,
como la noche oscura, sin luna.

Espesa.

Mi cuerpo empapado,
ahí puesto sobre la cama,
lleno,
extasiado,
saciado,
sin poder parar,
sin poder descansar,
pidiendo más…

Semen,
saliva.

Espesa,
como mi tristeza a veces,
como tu angustia,
como tu dolor.

Saliva espesa,
viscosa,
lubricada.

Sigo ahí,
en el mismo lugar,
bajo la misma tela,
sobre la misma cama,
sobre el mismo dolor,
sobre la misma tristeza
que me sigue, que me lleva.

Mi cuerpo pide semen,
mi cuerpo pide saliva.

Espesa,
como tu mirada,
como tu pelo.

Espesa,
como tu boca abierta
sobre mi pecho,
como tu boca abierta
en mi semen,
como tu boca abierta
en mi sexo,
en mi cuerpo,
en mi amor.

miércoles, 29 de abril de 2015

El sabor de tu entrepierna

No es entre tus manos
que la esperanza mía amanece tibia,
feliz.

Hay en mis labios un calor, un fuego.

La gravedad parece apoderarse de mis deseos,
siento,
escruto tu escroto,
huelo,
lamo.

Sobre tus caricias en mi pelo siento el placer,
leve rosan tus yemas en mi cuero cabelludo,
hierve tu entrepierna,
suda.

Me agitas,
me rosas, me insertas,
me das tu sexo
hasta saciar mi soledad.

viernes, 24 de abril de 2015

Entre tantos

Entre los que sueñan,
yo sueño canciones,
que suenan en mí adentro,
que rugen hacia el mal.

Canciones que revientan
mis sonoros deseos,
detenidos sobre un tiempo,
gris, tenue, casi mórbido.

Entre las que cantan,
llevo en mi garganta sabor a delirio,
a carnes morenas,
a huesos cansinos.

Canto un canto rosa,
de pasión, posible a caer
sobre el abismo,
sobre las lágrimas rojas.

Entre quienes callan,
el silencio es tiempo,
el silencio inunda mi verdad,
atenta la  identidad, ya cansada.

sábado, 18 de abril de 2015

Devenir en deseo

Atrás de mis pasos
hay un camino lejano y próximo,
que devino en mí,
me hizo parte de su historia.

Mi carne es la historia de ese devenir,
la amanerada forma de resistir
y el alegre deseo ante la lucha,
para que sirva,
para que pueda ser nuestra
y no de otros.

Atrás dejo un pasado
que es parte de mi soles infantiles,
de mis juegos sexuales,
de las noches de insomnio en la ventana.

Hay un camino próximo,
hay una historia nueva,
que subvierte los ordenes
de cuerpos y de clítoris.

Hay fuego entre la historia
y el primer deseo en la escalera,
mi boca salivada deseando esa otra boca,
marcada por los golpes de la infancia.

Atrás es el mañana,
está como has estado en mis miradas,
tu cuerpo torneado, tus labios,
tus manos que adentraron en mis pieles calientes.

Ahí no más, mañana mismo,
perfumes de entrepiernas masculinas,
jadeos en oídos,
excitantes sudores entre muslos,
entre hundidos sabores
que mi boca me ha pedido beber. 

lunes, 13 de abril de 2015

Lo Turbio

No sé si en la misma orilla,
o lejos de ese río caudaloso,
me vulnera el frío del invierno,
el sol de los otoños de mi vida.

Me siento sola, ida,
feliz a veces,
ya no oferto corazones de primavera,
ni subo las escaleras cantando.

Me pesa mi calzado,
me abruma el desencanto,
de haber creído en el lirio rojo,
en la gravedad de la utopía.

Si es que se construye entre las manos,
entre los abrazos,
las resistencias, las batallas
ganadas y perdidas.

Un río caudaloso,
turbio al encontrar las miserias humanas,
al sentirse usado,
al combatir la hipocresía.

Oye entre mis manos
el agua que corre,
también por mis nalgas,
y por mi entrepierna.

Río que me deja,
vagando entre aires,
entre matorrales que cierran el paso,
y que me detienen en mi soledad.

domingo, 12 de abril de 2015

Infancia

Qué ha quedado de mi infancia
atrincherada.

Qué ha quedado de mi infancia,
en mi identidad carnal,
en mi cuerpo,
en mi memoria.

Olor a madreselva,
olor a carne asada,
a pastas amasadas por mi abuela.
Mi infancia entre jazmines,
mi infancia entre la hiedra
de mi casa materna.

Mi infancia hecha girones,
entre chongos del pueblo,
sudorosos y púberes,
y piernas transpiradas,
entre tu sexo erecto sobre mi espalda.

Mi infancia…

Qué ha quedado
en mi memoria de mi infancia.
Quizá solo un recuerdo,
quizá solo una historia,
o quizá en mi memoria
la infancia entera.

No he querido dejar de recordarla,
cuando escribo aquí,
ahora, estos versos.
Siento aún entre mis manos
las manos sudorosas,
de quien me diera,
alguna vez,
un primer beso.

Que ha quedado de mi infancia
enrojecida,
escondida,
acusada,
señalada,
llevada hasta las márgenes del abismo,
llevada ella, mi infancia,
hasta el final atroz,
hasta el terror,
hasta el miedo en la siesta pueblerina.

Qué ha quedado, no sé,
qué ha quedado me pregunto
y solo encuentro,
una mirada acusadora,
una caricia cálida,
un sudor de vecino,
una mano transpirada,
una habitación cerrada,
un escondite secreto,
una sonrisa grande,
una bicicleta
y una plaza.

martes, 24 de marzo de 2015

Sentires

No encuentro las palabras,
ya no encuentro nada,
no puedo imaginar imágenes,
visualizar posibilidades.

En vano ruedan los argumentos,
las “tolerancias”,
los intentos de vernos,
de encontrarnos ahí en el camino.

El enojo no me lleva a la resolución,
pero me pone de pie,
me mantiene erguido para
sacar de mis emociones las certezas.

Hacia qué lugar de resistencias,
sobre qué incertidumbres,
 pretendo erigir mis convicciones,
sobre qué errores no entendidos.

Veo en la sinceridad de tus ojos,
en los de mis compañeras,
la revolución gestándose,
tan recién amanecida.

Desde las profundidades del no saber,
del no entender por momentos,
mi tristeza inunda mi ideología,
la tiñe de un gris de muerte.

El dolor de no poder avanzar,
la tristeza de una revolución que pasó
y la importancia de la lucha en nuestras vidas,
que no siempre es lo primero pero hoy me importa.

No sé cuándo volaré otros horizontes,
o si ya lo estoy haciendo o si he quedado detenido en el camino,
solo puedo contar con tus miradas, con tu confianza cómplice,
con tu palabra calma, con tu risa feliz y nuestra esperanza.