lunes, 29 de septiembre de 2014

hacia el dolor


Suspiro de un instante,
de un momento…
expropiación.
Incólume y erguido,
lerdo y aletargado,
el dolor se asume en mi tristeza,
como mi dueño,
eliminando una  a una mis sonrisas.
Lisura de la brisa que acaricia,
suave y tersa las cicatrices de mis ojos
puestos a mirar la vida.
Es salitrosa y a la vez amarga,
la comisura de mis labios al llorar.
Profundas inmensidades de mi cuerpo,
en la que se inscriben,
cual marcas indelebles,
las memorias de mis años,
las sonrisas recibidas y ofrecidas,
las cándidas miradas enredadas,
entre mi enérgica osadía
y tus frescas caricias travestidas.

al mar


miras hacia el fondo
con tus ojos rotos
de cansadas pupilas trasnochadas.
al mar hay un distancia,
llegan a él marineros,
sirenas y magos.
al mar hay una distancia,
que recorre ¿ocultos?
y misteriosos caminos de agua.
llegan desde el fondo de la oscuridad,
miran a un lado y al otro,
transmutan sus pieles espesas y babosas
y suenan que mañana ya pasó.
siguen tus ojos
perdidos al infinito,
al azul horizonte,
al olor y al dolor del olvido.

miércoles, 24 de septiembre de 2014

la marica de rojo


De rojo va caminando bajo la lluvia,
sola… bajo la lluvia y de rojo,
su camisa ajustada al cuerpo,
con dos pinzas por la espalda
para recordarle a los curiosos
que son demasiado normales.
Caminar lento y acompasado,
furtivo por momentos.
La marica sin miedos,
(porque ya los perdió a fuerza de subsistencia)
atraviesa la ciudad sin problemas,
por los suburbios que oscuros
dejan ver solo contornos
de calles que conducen a los antros del deseo,
allí donde las dos pinzas de la camisa,
son el arma erótica para los chongos que salen a su paso.
Un pantalón chupín, que un poco corroído por el tiempo
delinea los contornos de sus muslos hasta llegar a su cintura.
Así se muestra para los demás, mientras pide una birra o un fernet.
Se vuelve hacia lascivos varoncitos que la miran deseosos.
Camina, pasea, da una vuelta.
De repente mira fijo hacia el baño,
la luz tenue, casi inexistente
deja ver rápidamente la silueta de alguien
de cuerpo esbelto, de cabellos rizados.
Se aproxima hasta quedarse a su lado,
saca un porro y lo enciende,
le convida a Julia, se besan,
entran al baño y al salir,
las risas se pierden entre el pasillo
que conduce a las calles de la ciudad.
La noche es más noche allí afuera,
las dos se toman de la mano
y avanzan hacia la esquina.
Se pierden a lo lejos,
casi como se perdió el pasado de cada una,
libres andan por la ciudad, celebrándose.

Apare(seres)

De buscarte entre las sombras asombradas 
y despertarme,
de este sueño de torturas y de muertes,
de desaparecidxs.
De buscarte entre mis manos y mis ojos,
y mirarte,
en mis ojos caídos en el espejo,
cansados de amarte.
De buscarte tanto tiempo entre las piedras
de la memoria,
entre el hoy y el ayer de nuestras luchas,
y encontrarte.
De encontrarte realmente, materialmente,
y sonreírte,
invitarte a sentirte, a serte,
y verte.
De encontrarte porque te hemos buscado,
siempre,
porque hemos pensado entre todxs aunque cueste,
que aparecen.
Somos todxs recuperadxs de la gran muerte,
de botas verdes,
aparecidxs de las tinieblas de la memoria,
que hoy amanece.
Te han encontrado las luchas y resistencias,
de lxs de siempre,
manos trabajadoras, puños en alto contra el poder
del estado burgués.
No te encontraron ni letrados ni jueces,
fuimos el pueblo,
no fue el discurso setentista omnipotente,
fue el insulto irreverente.
No te encontraron los demócratas “inocentes”,
fue el terrorismo disidente,
ni progresistas, ni kirchnerista, ni reformistas,
es la revolución permanente.
Al encontrarte nos encontramos,
como en lxs otrxs,
como en las luchas por los humanos derechos,
de hoy y de siempre.


gritos…

levantó uno a uno sus papeles,
miró en derredor una y otra vez,
ahí, en cuclillas, gritó,
gritó muy fuerte,
tan fuerte que el grito llegó hasta este lugar,
yo lo escuché y miré a mi amante,
que tirado en la cama me llamaba a seguir gozando de placer.
el grito impactó en todo el pueblo,
en los ranchos de por ahí
lo escucharon también…
otros gritos más agudos, más graves,
más cortos, más prolongados
fueron haciéndose oír…
me sonreí le dije al chongo,
gritemos nosotrxs también.

revolucionano

sueño con sábanas rojas y negras…
con sueños de sábanas aventureras,
sueño el soplido del viento sobre la mediocridad…
de los rayos del sol sobre el ocaso oscuro de la mentira.
sueño en la libertad liberada por la justicia,
la construcción de un mundo nuevo,
de una sexualidad socializada,
del sexo anal de la clase proletaria.
sueño con los colores de un arco iris sin farsas,
de un movimiento de maricas montadas…
agudas en el andar contra las otras…
las burócratas del sexo asimiladas.
sueño a veces que me despierto soñando,
y los colores rojos y negros cobran su encanto,
flamean banderas de emancipación del ano,
de sexo oral al comandante revolucionario.
se excusan los guerrilleros de monte adentro,
tiemblan las tropas del comandante ante los tacos,
ante el vaivén de caderas locas,
e irreverente falo erecto entre ropas rojas.
sigo soñando,
como si de a poquito volviera a sonreírte amando,
me sueño en tu revolución que es la mía,
en mi revolución que habla de vos,
hermosa rebeldía.

quiero

quiero en tu fuego ardiente quemar mi lengua despacio
sostener en mi lengua las brasas ardientes deseantes,
que me queme de a poco tu fuego que penetra
que se hunde en el abismo hasta llenar de luz mi adentro.

mi adentro que te pide, que sostiene que entres hasta siempre,
un húmedo conducto que se abra a tu paso para sentirte,
lleno de calor me hierves desde adentro hasta estallar al fin,
hasta perderte en mi adentro.

mi exilio

(un exilio)

Es tener que abandonar tu propia tierra,
porque el único sentimiento es el odio,
no es rencor, no, 
es haber sido la victima de tu presencia.
Es condenarse sin haberse condenado,
es no saber por qué ya te han matado,
es colocarse una mochila bien liviana,
que pesa igual que lo que pesa nuestra infancia.
Es sentirse sin amigxs, sin familia,
es guardarse al silencio obligatorio,
es no querer volver más después de un tiempo,
es transformar el viaje en un desierto.
Es construirse nuevamente en otro género,
es asociarse a las contornos de un abismo,
es subvertir la realidad en poco tiempo,
la propia realidad, el propio sexo.
Es conocer a otras maricas deambulantes,
es sostenerse aún en las malas sin hablarse,
es sobrevivir entre las locas caminantes,
saber que la tristeza va adelante.
Es comprender que ha muerto aquel delirio,
que ha sido ya enterrado el homocidio,
es darse cuenta en llantos y gemidos,
que soy libre sin serlo, pero estoy vivo,
es darse cuenta a fuerza de preguntas,
que no hace falta ya esconderse tanto,
es padecer la soledad de lo cercano,
pero es sentir que vencemos al martirio.
Es aprender a construir un mundo nuevo,
saberse acompañada en el peligro,
es reconocerse en cada compañera,
es devolverle a la infancia aquel deseo,
el que por la maldita sociedad fue reprimido.
Es castigarse a veces,
por no poder acariciar a alguien querido,
es someterse al desencanto sin haberlo vivido,
es esconderse sin sentido.
Es levantarle una muralla a las costumbres,
a los valores y a la moral,
a los que tantas veces fui sometido.
Es verse en el espejo y estar triste,
es no encontrarse en la historia,
es espantarse de una misma,
pero es saber volar sin compromisos.
Es cobijarse a veces en el enemigo,
sorprenderse y huir,
mirar al lado y saberse destruido,
pero es reír con otras mariconas,
para no sentir el “humano castigo”.

(dos exilios)

Es recordar las madreselvas de mi abuela,
y en su perfume los deseos vividos,
es reactivar el mundo imaginario
y sentirse de ese modo contenido.

(tres exilios)

Es renegar de la pampa y sus maridos,
es palidecer ante la mano acusadora de algún primo,
es recordar con amor, las cálidas caricias,
los juegos en los que fuimos sorprendidos.
No es fácil el exilio,
no es fácil querer ser maricón,
querer ser mariposa,
querer ser lo que soy,
y que eso esté prohibido.
Es mirarte a los ojos y en los míos,
sentir que como ayer,
tus manos de varón
me impregnan de deseos sostenidos.
Es querer volver a olerte,
a sentir en mi espalda tus respiros,
es gemir al recordar,
tu pene erecto sobre mí,
tu pelo transpirado,
sobre mi nuca encendido.

(¿último exilio?)

Es sentir el dolor,
en la propia identidad que yo he elegido.
Es aprende a aplacar las ansias de matar,
es continuar sin más otro camino,
es poder gritar que aún estoy vivo,
y es en definitiva, sentirse amado,
tomar la mano y saberse entendido,
es pensarse con otrxs en lo colectivo,
es querer volver siempre,
a ese refugio terrenal sin ser el mismx.

el pasaje…

Suéltame las manos,
déjame al costado,
de este, mí camino.
Sigue tus vaivenes,
de sol y de sombra,
no creo en el destino.
Písame los llantos,
abre mis sonrisas,
quiero mariposas.
Vuelve con tus manos,
a darle al deseo,
miradas ansiosas.
Pule con tu canto,
la calma buscada,
en mi infancia vieja.
No me lo preguntes,
quiero aquí quedarme
fuera del camino.
De tu lento paso
contagiarme quiero
la quietud del vuelo.
Deja que me quede,
no quiero ir andando,
hacia un objetivo.
Suéltame las manos,
deja que me encuentre,
es lo que yo elijo.
Cierra los conjuros,
pósate en la niebla,
quítame este frío.
Vete de una vez,
vete finalmente,
no te necesito.

rosa rosado de revolución (a 45 años de la revuelta de Stonewall)

Son esas miradas cargadas de rabia y de dolor,
con ansias de subversión.
Son esos cuerpos puestos al deseo de TRANSformación,
gritos de liberación.
Son las pisadas contra la violación,
hartas de la represión.
Son la convicción de saberse empoderadxs,
el convencimiento de pensarse liberadxs,
la insistencia por los derechos humanos,
la contrapartida al sistema heteronormado.
Es un hilo rosa, un hilo rosado,
más que el colorado color que nos ha negado.
Es la revolución rosada del color deseado,
la parafernalia del sexo más esperado.
Es el fuego del Stonewall incendiado,
de las maricas y los degenerados.
Rosa del color rosado,
la esgrima contra el aparato represivo del estado.


Es la disidencia y el orgullo dignificados,
la contrapartida a los castigos aplicados.
Es continuar hoy la pelea a cado paso,
es la resistencia al castigo ejecutado,
en Méjico y Uganda,
en Belice y Rusia.
Es mantener hoy la convicción,
de que nuestros derechos son derechos humanos,
es resistir a las iglesias y a los estados,
a los parlamentos aún cuando estemos casadxs.
Es no sostener una moral que nos moldee,
sino una responsabilidad que nos libere.
Es no saberse oprimidx ni vejadx,
sino profundamente organizadxs,
para decir basta y echar a andar
nuestros deseos amanerados.
Es hacer frente al patriarcado,
al machismo de los patrones,
a la homofobia de los burócratas
de partidos y sindicatos.
Es combatir a la opresión,
del fálico capital monarquizado,
del opulento conservadurismo,
ya herrumbrado,
pero que nos recuerda su permanencia,
en el dominio del género binario.
Es gritar allí donde la dominación nos ha callado,
es sostener las luchas aún sitiadxs,
es gritar la libertad y hacerla cuerpo,
es ser, en la decencia,
unx degeneradx.

Los colores de los sueños

Sueño con colores que pinten en nuestros mundos esperanzas,
como el color del arco iris o el de los cerros pintarrajeados de la Quebrada.
Sueño con colores que dibujen libertades liberadas,
colores que enriquezcan nuestras pisadas.
Sueño con colores que nos dibujen grandes alas,
para volar quién sabe a dónde,
y atrás de qué sonrisas enamoradas.
Sueño con colores que nos revolucionen las miradas,
colores colectivos colmados de amistades enlazadas.
Sueño con el color del barro y de la paja,
colores ancestrales que nos vuelven a la pacha.
Sueño con los colores de la liberación deseada,
no sé aún sus tonos, pero presiento
son parecidos al de las llamas.
Sueños con el color de madreselvas añoradas,
aquellas que en casa de mi abuela,
quedaron en mis sentidos instaladas.
Sueño con que soñamos muchos colores juntas,
muchos sueños de colores,
revoluciones multicoloreadas.
Sueño en celeste y blanco y no por la patria,
es porque esos colores,
me hacen volar las ilusiones emancipadas.
Sueño en colores intensos,
llenos de construcciones colectivas,
rebosantes de encuentros que nos descansan.
Sueño por sobre todo,
con un color que no tiene condiciones,
con el color más profundo del mañana,
aquel día en que llegarán resplandeciendo,
vueltos a andar para pintar,
los subversivos colores de la esperanza.

Yo te vi…

Yo te vi cuando los perros guardianes de Monsanto,
te arrastraban sin parar por las veredas que engalanan,
los comercios burgueses dónde explotan a la vecina de la vuelta de casa,
te vi cuando sangrante te subían al camión.
Cuánto tiempo hay que esperar para estar lista me pregunto,
hasta dónde aguantar la bota asesina que dirigen las clases políticas,
de qué modo superar estos problemas y saltar hacia el centro de la idea,
cómo cambiar el modo en que vivimos, cómo la sociedad y su sistema.
Yo te vi cuando aumentaban el boleto,
cuando de pronto los mismos perros,
al acecho por alimentar su machista virilidad,
te sometieron,
te sostuvieron encerrado bajo los golpes fríos del acero.
¿De qué color hay que pintar amaneceres,
qué acuarelas utilizar para el despegue,
hacia la libertad total,
hacia el camino que encendidas nos mantiene?
¿Cuántas sonrisas más estarán tristes?
¿Qué posibilidad de abrir el corazón quedará intacta?
¿Cuándo se aprestará el amor y vendrá la calma?
Yo te vi y no me olvido,
yo te vi sobre el asfalto,
te vi en cada compañera,
en cada grito de denuncia y resistencia,
yo te veo y no me olvido,
en cada instante en que siento como propia,
una injusticia, una opresión,
aunque sea ajena.


A cara descubierta

No la usamos porque tenemos vergüenza,
ni por sentirnos menos que el resto,
no es por miedo ni cobardía, 
ni por vivas, malandras o violentas.
Es el arma contra el control que nos castiga,
es nuestro símbolo de guerra,
es nuestra insignia.
Estandarte de lucha y resistencias,
de defensivo escudo contra la fuerza que nos golpea.
Es saberse compañera de las calles,

de los pueblos, de las trabajadoras.
Es comprender que nuestra lucha es una,
contra el saqueo burgués e imperialista,
contra el fascismo, la represión y el patriarcado.
Encapucharnos de cara a los sicarios,
a los gusanos obsecuentes,
es demostrar que no lo saben todo,
es conservar la identidad para el deleite.
Usarla representa, finalmente,
que somos parte de las luchas precedentes,
es encontrarnos ahora y siempre,
con la historia de las revoluciones,
con la activa memoria que no muere.

(Foto Bruta)

Ver…

De a poco va amaneciendo en mi interior
tranquilo el despertar como la brisa fresca del otoño,
sonidos…ruidos sonoros,
que despiertan mi letargo.
Sé que puedo contemplar ese cielito,
con sólo abrirme al infinito del universo,
desde mi interior, amaneciendo,
despertando al deseo y la felicidad.
Claro de luz en los vaivenes de mi existencia,
audaz y amenazante.
Ingresa el aire que me dan los cerros,
recorren entero el cuerpo hasta mi estómago,
nuevos aires que dejan abrir las alas a mis sueños,
al deseo que incandescente ilumina mi andar.

Tras las vallas

Tras las vallas se esconden los cobardes,
los sicarios del capital…
Tras las vallas se esconden los cagones,
esos que nos desprecian cada día.
Entre las putas sostienen su malicia,
no les pagan, las violan, las vacían,
del mismo modo en que vacían en sus casas 
la misoginia que sostiene su cobardía.
No son más que simples marionetas,
que Mano Dura de la decencia les regala,
para que mientras ellos creen que trabajan,
cuiden el capital de quien los manda.
Son innecesariamente obsecuentes,
sus polvorientas gorras azules están quemadas
nos dan felicidad, porque siempre las alcanza
el fuego de la revolución que no se para.
Porque aunque nos detengan, nos torturen,
nos dejen moribundas en las plazas,
aún después de tantas asesinadas,
mantenemos bien arriba la esperanza,
esa que a ellos les arrebató quien los domina,
quien domina sobre ustedes,
ese mismo que se muestra comprometido
con la causa capitalista,
con la decencia de la propiedad privada,
con creencias que sostienen las cruzadas,
con la avaricia del dinero,
con el odio hacia quienes libres,
nos abrazamos y caminamos,
a taco firme, con voz muy aflautada,
hacia la liberación total,
hacia el deseo de vivir emancipadas.

Horizonte, deseo y otredad

¿Qué he de hacer si mis ojos ya cansados
quedan hacia el infinito mirando casi perdidos,
si la boca entreabierta va cerrándose,
seca, resquebrajada, 
roída por las palabras que no debieron salir de mi boca,
o por aquellas que salieron en el momento oportuno?
Oh! Si pudiera salir del letargo lejano,
si esos ojos cansados dejaran de mirar el infinito,
dejaran atrás los horizontes aparentemente anaranjados,
hipotéticamente llenos de libertades.
Horizontes de una pampa que maldigo,
que me vuelve a destruir al contemplarla,
que me deja vacío el corazón,
porque vuelve a exigirme la oscuridad
de una siesta en el cuarto de mi casa materna,
porque suscita odios en mí constantemente,
porque sostiene mi invisibilidad por encima de todo,
a pesar de todo.
No quiero los horizontes de la pampa,
me lastiman, me hacen desaparecer,
me ocultan, me niegan, me exilian.
No quiero los horizontes de la pampa gringa,
los rechazo porque me hieren en lo profundo de mí.
Oh! Si mis ojos se corrieran de ese atardecer lleno muerte,
lleno de sinsabores y tristezas,
¡qué alivio recobraría mi esperanza!
¡qué alegría mi corazón!
No es que me alegre no poder sostener la mirada
sin que mis ojos se nublen y dejen caer las lágrimas
amargas de mi infancia.
No es que me alegre maldecir un horizonte
que sostuvo la condena hasta mi exilio,
y aún más.
He deseado tantas veces construirme
nuevamente, críticamente, simplemente.
He podido continuar con mis deseos,
atravesarlos en los oscuros caminos de la clandestinidad.
Pero tu vuelves oh! maldito horizonte pampeano,
lleno de rabia me dejas cada vez que te apareces,
me vuelves al estigma pueblerino,
al desorden de los cuerpos y deseos,
calas hondo en las entrañas de mis sexos,
completas hasta el fin mi sufrimientos,
los reavivas.
Hoy me levanto erguido ante tus campos,
ante tu dominante heteronorma tan cristiana,
¿Si es que sigo soñando con aquellos?
Claro que sí, como no hacerlo,
si son ellos quienes miran y desean.
Hoy me levanto ante tu opulenta riqueza,
la que otros exiliados no tuvieron por tu fuerza.
Quiero poder volver a contemplarte,
del mismo modo en que contemplo
los brazos y las piernas marcadas,
doradas por el sol de esa soledad,
de los gringos que me miran con deseo,
que me miran con sabor a sexo entre sus labios secos.

En el semáforo

Me sonreíste mientras guardabas
la última moneda que cayó de una doble cabina,
de la mano de un señor que no se dio cuenta 
que tenías medias de colores
y que te habías dibujado un corazón negro en tu mejilla…
en la izquierda, naturalmente.
Justo ahí en el semáforo…
ruidoso y sonriente…
vi tu felicidad en tus vaivenes,
te miré casi lujuriosamente
y abriste tu boca roja por el sol de tu trabajo.
Reíste y me miraste.
Volveré a pasar mil veces.

Yo me preguntaba y apareció el deseo

Yo me preguntaba 
cómo podían caer desde el árbol las manzanas,
de qué forma se agotaban los silencios
y las noches y los días…

Yo me preguntaba
hasta cuándo sostener esta mentira,
la hipocresía, la desazón,
la soledad, las pesadillas,
hasta cuando sostener esa injusticia,
la que mata, tortura y encarcela.

Yo me preguntaba tantas cosas,
que por un momento dudé de ser inteligente,
de pensar con la lógica con que otrxs piensan,
me pregunté también por qué sería.

No he hallado respuestas.

Ya no me preocupan las respuestas que no encuentro,
ni la luz que se esconde,
ni la oscuridad que me oscurece.
Pienso en negro, pienso…
en negro…
Tengo deseo de tocarte,
de lamerte, de besar todo tu cuerpo
que sudado por el cansancio del día,
me invita, me excita…
me penetra…
Ese sudor que corre por mis mejillas,
cuando desciendo hacia la oscuridad,
que me espera deseante, deseosa…
Más abajo del fondo,
más allá de tus axilas que abiertas como alas
me recuerdan tu libertad.
Siento tu sudor cuando aspiro el aire
de la cama hundida por el sexo.
Muerdo una a una tus tetillas…
lamo con mi lengua tu pequeño desnivel,
cuando de espaldas, voy descendiendo hasta perderme entre tus carnes.
Siento placer, lo necesito,
desciendo una vez más…
Me deslizo aponyado tu cuerpo que sobre el mío,
con un fuego sexual que nunca he sentido,
quema mis carnes, mis músculos, mis huesos…

Tristeza en el deseo

En qué lugar me encuentras y te encuentro
en qué recodo perdido será…
en qué lodo macerado por el odio dormiré,
en qué lugar oscuro…sin rumores ni miradas transparentes.

Dónde me encuentro al encontrarte,
¿Qué de mí me separa de mí?
¿Qué inocencia tardía, qué caricia perdida?
Las arenas permanentes del deseo.

Penetras lo que soy y lo que siento…
te siento, te huelo…
lloro de emoción, de orgasmo lloro,
boca abajo…de la ingle,
de los bellos del pubis que transluce tu sol al despertarnos.

El gris de la tristeza en tu mirada,
La mancha del antojó de unas frutillas con crema…
sobre tu cuello…venoso, brilloso…
Puesto… como un detalle
que el sol tu hubiera dado…

Más adelante, más atrás,
más abajo, más arriba…miro…
la dimensión del placer es infinita…
ínfima…erótica… librada al sexo de un desconocido.

sobre mi cuerpo…


Leve…suavemente…
bajo la tela verde que cubre tus muslos
desciendo a los amaneceres del goce.

Hundo mis manos al infinito,
al hondo y tibio universo del placer,
que abierto de par en par,
humedece sus caminos hasta sentirse colmado.

Siento el calor de tus deseos sobre mi cuerpo,
cálido y húmedo, resbalo y emprendo el camino
del goce.

Restregad*s un* sobre otr*,
nos lamemos los pecados nefandos…
extraemos la miel que nos encuentra deseándonos…
mirando el placer en nuestros ojos.

humedad, calor ardiente, sensaciones táctiles,
frágiles roses orgásmicos de nuestras yemas sobre los labios…
sobre tu esternón hasta tu pelvis…
leve…suave…casi imperceptible ante la gente.

Húmedo y hondo parece abrirse al infinito
profundamente hundido hacia el placer,
celebra con vaivenes el contacto
entre las pieles de tu piel marcada
y las mías.

Ahí puestas las carnes al deseo,
al goce interminable e infinito,
pronta a reventar hacia el extremo,
hacia el orgasmo mayor que haya tenido.

Grito


Abierta como tus piernas en mi cama,
las bocas.
Ensordecedoras, estridentes, infalibles
como el propio pensamiento ante tu ausencia,
ante la inminente intromisión de mi tristeza,
las palabras,
pronunciadas,
enumeradas,
silabeadas.

Sonoro y único,
Como el timbre que irrumpe en mis tareas
y que te anuncia,
el grito.

Nosotras las del pueblo gritamos,
el grito es nuestra ira y nuestra flor.
Nosotras conocemos de potencias,
de fuerzas, de alcances.

No te asustes si por las calles gritamos
[que nos deseamos]
Nuestro grito también es para vos
[no contra vos]

Nosotras gritamos la injusticia,
el deseo, el sexo y el dolor.
Nuestro grito es de todas,
de la obrera o campesina,
no explotador.

El grito que emanamos
como fuego,
como lanzas hacia nuestro patrón,
como cañones hacia el Estado proxeneta,
narco, bufón, fascista y represor;
es el grito de nuevas esperanzas,
de fuerzas enlazadas con otras…
que nos dejaron estas luchas, este horizonte,
de las que vimos nacer las nuevas flores,
las mariposas negras y rojas
las terroristas mariposas de la pasión.

Gritamos porque estamos desquiciadas,
es el desquicio el que nos da liberación,
es el combate contra la norma puritana,
nuestro desquicio que no es cárcel ni perdón.

Gritemos juntas, salgamos a la calle,
Construyamos desde abajo esa ilusión,
La que vos quieras,
[seguro no es la mía]
la que explote las cadenas de la represión,
Grita conmigo, dale,
no tengas miedo,
Cuando en la calle somos muchas junto a vos
Y vos conmigo, y ellas con todas,
Y vos con todas y yo con vos.
No hay forma de que el miedo se apodere,
sólo en tu cuerpo sentirás liberación,
y ardor y deseo y sexo y todo eso…
eso es también, compañera, revolución.

Me duele tu temor

Me duelen las heridas,
esas marcas de la historia en los cuerpos…
las marcas de luchar por libertad y justicia,
por la solidaridad.

Me duele que les duela,
a lxs niñxs que están junto a sus madres,
a las madres tapadas con pañuelos…
protegidas contra el control social de la ciudad.

Me duele que te duela, compañero,
esa mano retorcida para esposar,
una bota del verdugo contra tu espalda,
la cara aplastada en el asfalto.

Me duele de igual modo, tu indiferencia,
la tuya, sí, no te des vuelta…
la que mira desde lejos…
aquella que percibe que no hay nada que cambiar…

Y más me duele la mirada que indignada,
justifica ante su miedo la inacción,
me duele tu vergüenza por la lucha,
me duele tu egoísmo ¿Qué haces vos?

La injusticia es que de arriba nos dominen,
que nos digan cómo vivir, cómo sentir.
Injusticia son las balas que reciben,
tus vecinxs por defenderte a vos.

Levantate y mirá sobre las calles,
Somos muchxs los que queremos amor,
pero si no bajas de tu cómoda ventana,
de tu cómodo café de media tarde,
Si no abandonas la seguridad de tu escritorio,
de tu estudio, de tu casa, de tu balcón;
es probable que vuelvas a estar paradx
en la misma esquina asintiendo y en tus ojos
una lágrima se caiga hasta el cordón.
¿por qué no luchas, me pregunto a cada instante,
¿por qué no luchas? y no encuentro razón.

colorada…


Una vez… los ruidos me aturdieron…mucho
Me aturdieron tanto que no pude escucharme, 
o no quise…
eso da igual hoy… aturdido
los ruidos…las ruidas…
dominantes… superiores…
ligeramente tristes…
ruidos de cárceles y estigmas…
hubo ruidos que me aturdieron…
me aturden…

otros ruidos/otras ruidas
del color de las mariposas…
de los pájaros libres…
libremente voladores y sus colores

la luz de los ruidos de sexo…
libremente ruidoso…el sexo…
las ruidas de la ruina donde habité
les ruides… los ruidos… las ruidas…
donde habité… ¿habité?...
luz de ruidosos placeres…encandilantes
sexualmente encandilantes…libre
mente…libre…

susurran ruidos…cosquillean ruidosos los sexos
les ruides del placer libre…
mente… libre…

colores del orgullo disidente…
disiorgullo
coloraorgullo…coloreslibresorgusexuales
ruidos de colores…
libres…
libras… coloretes…
coloretes ruidosos libremente…
sexuales…

lo urgente


La formas de las miradas en la lucha
La lucha de las miradas que transforman
Mariposas multicolores voladoras…
Luces disidentes luchadoras.
El deseo de buscarnos entre tantxs
Entre los mundos de ayer, de hoy, de mañana
Rebosantes de alegría es que marchamos,
Por el placer del deseo
Por la alegría de encontrarnos
Por ser quienes somos cuando está contraindicado.
Encrespadxs por las furias de las muertes
Por las rabias comidas entre dientes…
Por cada mariposa que se pierde…
Furia disidente ante la muerte.
Ensuciando calles blancas de decencia,
Corazones abiertos, deseo ardiente…
Por la revolución sexual
La libertad se hace más urgente.
Somos las putas, las tortas disidentes
Somos “la yerba mala que nunca muere”,
Sol multicolor de las travestis…
Furia marica que se resiste
A vivir asimilada a esta gran peste.
Levantamos nuestros puños recordando
Que en las calles seguimos siendo alegres
Pero que en cada corazón que se subvierte
Brotan con fuego las luchas precedentes
Amarnos y vivirnos libremente…
Revolcarnos en el deseo más urgente:
El de la revolución de los placeres disidentes.

la burocracia

Apoltronados en sus escritorios
la realidad los mira por la ventana…
dan lástima, son grises…
son tristes y cómodos,
conformes, sumisos y obedientes…
Detrás de un escritorio que no es el aula,
se ríen de nosotr*s, se burlan y calumnian…
la oscuridad del pensamiento es clara,
pronuncia cada vez una palabra:
PAZ.
La paz que garantiza la armonía…
la que se pierde entre demandas avejentadas…
aquella que nos vuelve a los valores...
la obediente paz que nos reprime…
la paz que de sus armas se dispara…
como a Fuentealba…
Grises, sumisos y obedientes…
Así son los burócratas…
la burocracia.

Así

En el estado en el que estás,
En el estado en el que están las cosas…
cayéndose 
desplomándose
resquebrajándose
añejándose…
Qué pedir,
qué decir,
qué hacer…
La mirada sostenida a través de los vientos,
el cabello lacio, brilloso,
deslizándose erótico en mi espalda…
…………
¿Qué no me diste?
¿Qué no te he dado?
…………
La construcción de nuestras miradas,
la solvencia de nuestras palabras al gemir…
grito de fuego que marca las sábanas, las paredes…
tu cuerpo,
el mío…
…………
¿Qué no me diste?
¿Qué no te he dado?
…………
Amaneceres con el sabor dulce de tu boca
y del último porro encendido…
Dulce como el licor de menta
que dejaste derramar sobre tu pecho,
del cual bebí… gota a gota…
lamiéndote,
rosándote,
impregnándote,
chupándote…
del verde del licor a tu infinito,
a tu certera sonrisa al abrazarme,
a tu sexo…
atravesándome,
abrigándome,
alimentándome...
…………
¿Qué no me diste?
¿Qué no te he dado?
…………
El deseo que me habita se me sale,
se me escapa por la boca, por las manos, por las piernas…
el deseo que me habita me sacia…
me sacias al envolverme en tus brazos…
…………
Me diste todo
Te he dado todo.

Al Gordo la Pepa Gaitán


Y caiste…
Al asfalto aún caliente 
del verano que ya había pasado por tu barrio.
Caíste casi muerta, pero no…
Caíste casi viva, pero no…
Caíste con tu cuerpo en el asfalto.
Ahí quedaste, 
¿mirando a un punto fijo, quizá?
¿pensando en tu novia, tal vez?
¿Escuchando los gritos de dolor?
Yo no lo sé…
¿Habrás pensado alguna vez en estas otras:
lesbianas, marimachos, tortas, chongos, tortilleras?
¿En qué pensaste sobre el asfalto?

¿Cuál de todos los dolores dolió más?
¿Cuál de todos los deseos deseaste más?
¿Cuál de todas las injusticias dolieron más?
¿Cuál de todas las palabras pronunciaste más?

¿Quién te mató Pepa Gaitán?
Laescuelalaiglesiaelbarriolosmachoselestadolajusticiaelmercadolosmediosdecomunicacionlasviejaschusmaslasmiradasburguesaslapobrezalospatroneslapoliciaelmedicolaenfermeralamabulancia quenollega…
que no llega,
que no llega,
que no llega.

¿Sabes qué, Gordo querido?
Acá, a nosotrxs nos queda la esperanza,
la lucha a la que obligaste al tortillaje,
a retomar,
a reanudar,
a continuar,
a acelerar...

Nosotrxs te levantamos en pancartas,
en las calles del país y más allá,
te levantaron las tortas
anarquistas, las socialistas,
todas las tortas y otras tortas.

Se levantó el malón de chongas
contra tu muerte, contra ese odio,
contra el estado patriarcal y clerical
se levanto el chongaje, Pepa…

En las paredes se lee:
“Pepa Gaitán Presente!!!”
junto a “libertad a lxs presxs por luchar”
estás arriba de los bondis
en las sendas peatonales
sos el nombre de calles y avenidas…
Se te lee, Gordo,
“Viva la Pepa”…

Y me gusta lo de Pepa, Gordo,
rima con papo…
¡cómo no va a rimar!
¡Viva la Pepa y
Viva el Papo!
¡¡¡Justicia para todxs las Natalias Gaitán!!!