domingo, 30 de noviembre de 2014

Hay algo

¿Eres, acaso, en la soledad de mis palabras
una sombra que vuelve eternamente?
Dejas en mis labios, amargo sabor a muerte,
amargo y dulce sabor a demencia.

¿Conoces de mi angustia las noches de tristeza,
las bífidas lágrimas que el dolor deja caer sobre mi rostro?
¿Puedes, aún con dificultades advertir en mi letargo,
frío, fétido y amorfo, un pasado de placeres y deseos?

¿Deseas el sexo como yo?
¿Tomas de mí el néctar de oscuros amaneceres silencioso?
¿Manan de tu hueco bocas hambrientas,
rapaces y famélicos deseos?

¿Silencian tu boca como a mis palabras
los falsos dueños de las falsas verdades?
Pide un deseo aunque sea pequeño
o aunque parezca inalcanzable.

¿Mientes al decir con tus palabras que estas aquí,
al pronunciar con tu boca los secretos de mi garganta?
¿Sueñas al decir revolución, al contemplar con tu mirada mis delirios?
¿Sueñas que tu ideología podría desnudarse,
masturbarse, ser penetrada por un aliado?

¿Crees que la revolución nos hará libres,
a pesar de los tacos y polleras,
aun cuando remplacemos escarapelas,
por rosas rococó sin estrellas rojas?

¿Sueñas con que esa revolución nos dejará besarnos en la boca,
en medio de las plazas y veredas, frente a la vírgenes que abortan,
frente a los curas sin subsidios para sus reservas?

¿Sonríes cuando imaginas al comandante entre tus brazos,
trémulo, silencioso, oculto entre sus miedos y tu cuerpo,
deseoso de besar en  tu boca revolucionaria,
esas palabras de esperanzas combativas y llenas de libertad?

Besa mi rebeldía y lléname de mariposas rosadas,
besa mi ideología y humedece con tu sudor ardiente,
mi boca abierta, presta a gritar revolución en cada triunfo,
llena de ira como mis ojos, que en cada mirada fulmina al enemigo que nos acecha. 

viernes, 28 de noviembre de 2014

Nada es hoy

Hay un rincón,
donde guardo mis cosas secretamente.

Hay un recodo,
me acaricia en mis noches de soledad.

Hay un refugio,
contiene mis angustias y frustraciones.

Hay una cueva,
abriga y resguarda ante el peligro.

Hay una cama,
regala sexo hasta el orgasmo.

Hay un armario,
esconde mis identidades disidentes.

Hay un escondite,
aguarda el momento de la clandestinidad.

Hay un sendero,
orienta mis delirios de avanzar.

Hay un agujero,
abre su puerta para ir a jugar.

Hay una vida,
explota en las manos de la libertad.

jueves, 27 de noviembre de 2014

Esbozo de una escuela que deviene escuela

En la escuela aprendo a decir
revolución.
Emito con mis cuerdas vocales
la palabra transformación.
En la escuela aprendo a decir
construcción.
Y son parientes esas palabras:
transformando construyo revolución.

En la escuela aprendo
a desaprender aprendiendo.

Aprendo a decir que no,
levanto la mano para hablar,
ya no me río más de mi compañero,
aunque sea maricón.
El profe dijo el otro día
que él también es maricón,
igual que Lucas.

En la escuela aprendo a disculparme,
porque a veces me equivoco
y lastimo a otrxs.

En la escuela aprendo la palabra
libertad,
que rima con soledad,
 pero no es lo mismo.

Cuando me aburro en la escuela,
voy al baño
a veces fumo porro,
y otras veces…
me da vergüenza,
por eso no quiero que entren,
es mi lugar y el de Lucas...
algunas veces.

En la escuela aprendo
que las profes están trabajando,
aunque a veces no tengan tizas,
o borradores.

En la escuela aprendo números,
mil novecientos setenta y seis
 que tienen que ver con
treinta mil,
que son lxs desaparecidxs.
Dos mil diez,
que es el año de la toma,
aunque ya no se la recuerde.

En la escuela aprendo
que aunque se vaya Cristina,
el sistema capitalista va a continuar,
porque los políticos quieren robar.

Marx dice
que nosotrxs somos lxs explotados,
en realidad eso lo dice la profe.
Mi mamá trabaja en una fábrica,
pero dice que le gusta lo que hace,
mi tía se ríe porque ella es piquetera,
se queja de todo.

La escuela no es mi casa,
pero a veces la extraño.

En la escuela hay problemas,
eso dicen lxs profes,
parece que no se ponen de acuerdo,
yo creo que porque son muchxs.

En poco tiempo me voy,
y está bueno,
porque la profe dice
que en la escuela la libertad
la decimos pero no la hacemos.

Ahora cuando me vaya voy a ser libre,
igual está el sistema…
y mi papá que no tiene plata.

El profe de educación física
se compró un auto,
es gris.

En la escuela aprendo los colores,
por ejemplo: rojo,
amarillo, azul, naranja,
verde y violeta.
Esos forman la bandera del orgullo,
que tiene que ver con un bar de
estados unidos.

En la escuela, a veces,
me siento mejor que en casa.


Yo aprendo mucho en la escuela.

viernes, 21 de noviembre de 2014

Una palabra

Una palabra pronunciada a contrapelo,
dicha y enunciada con vértigo,
inconforme, insatisfecha,
desobediente.

Una palabra que sale de tus labios,
rojos, viscosos, abiertos,
sale y no vuelve,
ya no te pertenece.

Una palabra gritada desesperadamente,
incandescente, luminosa,
elevada al oído de los sordos,
los que no escuchan.

Una palabra que susurras en mi oído,
dulce, erótica, ardiente,
cosquillea mi cuerpo, me transpira,
me penetra.

Una palabra surgida del silencio,
estridente, disonante, disruptiva,
se presenta sola y abrupta,
mata la alienación del pueblo.

Una palabra oculta entre otras visibles,
silenciada, amordazada, oscurecida,
deja sin existencia lo que nombra,
sufre en el ocultamiento permanente.

Una palabra que sale del armario,
emancipada, libertaria, guerrillera,
muestra su fuerza más rebelde,
arremete en las trincheras.

Una palabra loca, anormal,
amoral, desquiciada, desviada,
puro delirio a enmudecer pronto,
interpela tus palabras.

Una palabra final,
la última palabra que se nombre,
honda y profunda como mi sexo abierto,
y entregada la placer como mis carnes.

Proceso

Abro las puertas de mi memoria,
una por vez.

Escucho las voces de mi pasado,
todas juntas.

Me aturden las sirenas estridentes,
me marean.

Huelo en el aire el perfume del terror,
se mete en mí.

Miro hacia tus brazos venosos,
me excitan.

Abro mi boca y digo con claridad,
palabras.

Abro mi boca y entrás vos,
adentro.

Subo los peldaños del deseo,
vertiginosamente.

Me sostengo entre tus piernas,
sin descender.

Huelo ahora un olor a placer,
me calienta.

Lamo tu entrepierna con mi lengua,
encendida.

Busco entre tus carnes el pasado,
me detengo.

Caen sobre mis mejillas las lágrimas mías,
lloro.

Meto mis falanges en los huecos vacíos,
exploro.

Mamo de tus carnes la esencia sexual,
vuelo.

Fumo un faso entero y me echo a andar,
sueño.

Sueño con tus brazos venosos y fuertes,
entregada.

Me abro hacia tu sexo siempre que me abrazas,
deseándote.

lunes, 17 de noviembre de 2014

En la ciudad….

Sobre el asfalto hirviendo de una tarde de enero
huyes corriendo de la policía que te ha señalado,
¿es acaso tu deseo maricón que provocó tal ira?
¿cuántas veces te dije las caderas no son libres para vos?

Huyes del látigo heterosexual normatizado, obligatorio,
arraigado a la mentira de la casta del falo azul pauperizada.

Oyes el golpe del borceguí en la calle
y del móvil ves la luz azul  intermitente que te ciega.
¿Por qué soy maricón? te lo planteas,
¿por qué en mí deseo el demonio encuentran?
la norma heterosexual te lo recuerda.

Quiero flayear con vos y que me vean,
quiero ser libre entre tus calles de eterna primavera,
quiero que mi temor desaparezca,
quiero ser mariposa entre los bosques,
entre la oscuridad ser la luz multicolor,
ser en el placer, el deseo mejor que te alimenta.

Buscas entre tus recuerdos las miradas,
la necesidad de creer que hay caricias,
que las alegrías superan las tristezas,
y que la represión falló ante la claridad sonora,
ante la mirada de goce de l*s amantes anormales,
de sodomitas merodeantes en estas tierras.

Te buscas entre tanta indiferencia,
cristiana, patriarcal y traicionera.

Unges en el dolor de los olvidos,
la solidaridad del oprimido,
la consolidación de los caídos,
la recuperación de l*s perdid*s.

imagen

uno a uno caen desojándose los pétalos,
los pétalos de la flor de la felicidad,
despacio,
silenciosos,
suaves caen.

buscan en el aire algún lugar mejor,
tratan de sostenerse ahí,
en donde el silencio parece no llenarse nunca de sonidos,
blancos,
rojos,
azules,
amarillos.

mueren lentamente como yo algún día,
sueñan con silencios que nunca encontrarán,
quietos,
marchitos,
sin perfume,
igual siguen reluciendo en el paisaje del abismo y del terror.

martes, 11 de noviembre de 2014

des...nudándome

Quiero en mi cuerpo desnudo
sentir tu veneno correr en mi piel,
ese veneno que sacia
mi placer de perra grabado en tu sien.
Quiero desnudar mi cuerpo
para que el delirio se apodere de él,
ser como la hoja al viento,
que alegre deslízase en loco vaivén.
Quiero en mi cuerpo desnudo
sentir finalmente derramar tu hiel,
dar a mi sexo el motivo,
para que tu semen penetre en mi ser.
Cuerpo denudo y abierto,
al festín que sola te invito a beber,
libre y abierto a las lenguas,
que encendidas queman mi piel de placer.
Cuerpo denudo en tus ojos,
que alegre y hambriento te invita a comer,
sudan axilas flexibles,
que mi lengua moja por décima vez.
Libre y desnudo es mi cuerpo,
como los gorriones de donde me crie,
desnudo en mis nalgas libres,
parece mi cuerpo que va a florecer.
Potente desnudo se yergue,
sobre los deseos de los chongos que,
viriles ignoran, suponen,
que sobre su sexo no hay mejor quehacer.
Podre sus cuerpos que pasan
alienados entre los caros chanel,
se ven torneados, brillosos,
luciendo peinados que europa nos dé.
Sobre esos cuerpos quisiera,
poder invadir la misógina piel,
incorporar a sus formas,
colores y aromas de américa en pie.
Subviertan los cuerpos desnudos,
la moral  decente y cristiana también,
exorcícense unos con otros
y formen orgías  de exótica miel.
Exhalen los cuerpos desnudos
olores a sexos que meneándose,
se rosan derramando ríos,
de líquidos mórbidos desojándose.
Desnudas y abiertas mis piernas,
te buscan, te invitan para adentrar,
en esos sus hondos secretos,
que piden agritos ya la libertad.