lunes, 29 de junio de 2015

Nocturnidad

Estridente
irrumpe el sonido
el silencio nocturno.

No es un tren,
ni una turbina.

Oculto entre la noche,
vuelve.

Me deja perdida,
desencajada
en medio de mis pensamientos.

De repente
presiento que desaparece,
pero vuelve una y otra vez.

Ahora más agudo,
antes más pesado.

Se aferra a mi sentido,
quiere cooptarme.

Huyó,
pero no lo enfrento.

domingo, 28 de junio de 2015

Otro orgullo

Orgullo de pelear por nuestra existencia,
de saltar las vallas,
de caer sobre el enemigo y matarlo.

Orgullo de amarnos entre todas,
de acariciar la mano libertaria,
la resistencia y la organización.

Orgullo de gritar lo que nos plazca,
de salir a la calle,
de besarnos en todo el cuerpo.

Orgullo de decirle no al matrimonio
que nos condena a encorsetarnos
en las costumbres cristianas y burguesas.

Orgullo de ensuciar la iglesia,
de ensuciarla más de lo que está,
como ha ensuciado
cada una en nuestras vidas.

Orgullo de nombrarnos,
de decirnos putas, tortas, travas,
maricas, lesbianas, locas.

Orgullo de rechazar lo diverso,
porque no somos diversas
somos cada una,
particularmente en nuestras vidas.

Orgullo de sabernos unidas
ante una injusticia,
de bufarnos de las oficinas lgtbiq,
institucionalizadas,
amarradas a la compra y venta
de la política democrática burguesa.

Orgullosas de mirarnos a los ojos,
de encontrarnos en las sonrisas,
de estar con las putas y las pobres,
con las niñas y los niños.

Orgullosas de ser
entre la mierda oficialista,
otro lugar, otro espacio,
el puño rosa levantado,
contra el patriarcado, el capital
y las asimilacionistas de boutique. 

sábado, 27 de junio de 2015

Tristeza de otoño

El rocío humedeció mis labios,
nada volvió a ser lo mismo,
yo era otra
con mi piel mojada.

Él caminó hasta la casa,
entró,
 cerró sus puertas
y no volvió hacia la ventana.

El olor de la tarde
sabía a tierra mojada,
cada tanto…
aroma de madreselvas
que traía el río.

Pude gritar,
preferí la comprensión del silencio,
caminé hasta la piedra,
lloré en soledad.

lunes, 22 de junio de 2015

La casa

Soy entre estos espacios
esa pequeña mancha perdida,
la esquina amarillenta
olvidada por el pintor,
el zócalo suelto
acomodado con el pie,
el revoque caído
junto a la ventana.

Soy en esta casa,
fría por el invierno,
una soledad que deambula
en el día,
cuerpo en movimiento,
sonido aislado.

Soy,
en el silencio
de esta casa,
la voz
que la llena de misterios.

La inundación

Quedó inundada la habitación
de tanto que lloré ese día.

Las lágrimas caían de a una
al mosaico corroído,
opaco y ajeno al llanto.

Lloré y lloré,
no podía detenerme,
me venía de otro lugar,
del interior
de mi cuerpo.

La habitación se convirtió
en río o en mar,
se llevó para siempre
mi tristeza,
la certeza de creer que
todo es eso,
lo que tenemos.

El corazón
recuperado del ahogo,
volvió a latir con más frecuencia,
pude abrir los ojos.

El agua me arrastró
hasta la orilla de la libertad,
no volví nunca más la mirada.

domingo, 21 de junio de 2015

La siesta

Escucho en el silencio
 de la siesta
un silbido lejano,
risas de niñas,
y el ladrido
del perro de enfrente.

A veces,
cuando los vecinos
se entretienen,
el ruido monótono
de la pelota en las paredes
se incorpora en mi sueño,
entonces juego
en un potrero
libre.

El motor
de un auto que pasa
me saca de ahí.

Sentado en la cama
pienso si el potrero existe,
o es la ilusión
que me ha dejado volar
solo un momento.

Mi risa irrumpe
el silencio de la casa.

Me quedo sintiendo
en el recuerdo,
el olor a fútbol
impregnado en la piel
de mi amigo.

Vuelvo a reír,
añorando quizá,
una caricia infantil transpirada. 

lunes, 15 de junio de 2015

Tus ojos, los míos y el silencio

Hay entre tus ojos
y los míos
una distancia que recorre la historia.

Perfumes dulces  
en mis pestañas
negras,
arqueadas por resistencias nocturnas.

Pupilas
que aun cicatrizan
aplacan los dolores.

Lágrimas
impregnando
mis mejillas de sal.

Hay rímel
en mis pupilas,
hay ojos negros
que conocen el pasado
y el placer.

Entre tus ojos y los míos
la distancia
la une el silencio.

domingo, 7 de junio de 2015

Percepciones

Colores carmesí,
oleos y bual.

Dejé dos espacios entre sillón y mesa,
preferí números impares,
me tranquilizan.

Las cajas apiladas,
son como resabios de lo que pasó,
de ruidos obscenos
y vino derramado como recuerdo.

La ventana se percibe más grande,
sola como yo en la casa,
sintiendo el blanco aturdirme,
deshacer mis últimas miradas.

Cuando la casa quede sin mi presencia,
podrá como hoy sentir el perfume
dulce y profundo de las flores.

Avanzo algunos pasos,
siento que puedo bailar,
pasear de un lado al otro.

El eco de mis palabras
suspende por momentos mi voz,
la amplifica,
y me recuerda que aún estoy aquí,
entre estas paredes.