viernes, 29 de mayo de 2015

El alzamineto

Golpe eterno,
omnipresente.

Se hace sangre,
en mí sangre que es roja,
y revienta.

Multiplica miradas,
resistencias nuevas,
se alza entre la oscuridad
y la miseria.

Va dando a la tierra,
alimento de libertad,
vuelve a habitarnos,
ante el silencio.

jueves, 28 de mayo de 2015

La ventana

Presa de la oscuridad,
del descanso,
la ventana cerrada,
esconde un secreto.

Es de chapa,
gris,
con hendijas diminutas,
como la luz que las atraviesa.

No la abrieron
las tormentas.

Está descolorida
por el paso del tiempo.

Busca despertar,
moverse,
soltar los secretos
que la atan al pasado.

miércoles, 27 de mayo de 2015

La grieta

Una línea nunca recta

dibuja en la pared blanca la grieta,

parece que me mira,

que examina desde adentro

la vida propia del cuarto

despojado de objetos,

que antes construyeron su identidad.

Diminuta,

en el espacio infinito,

como mi soledad.

sábado, 23 de mayo de 2015

Insomnio

Un vino, unas flores
y una música loca,
habitan esta casa que soy.

Esta casa blanca,
con cuartos también blancos,
y un baño que en las noches
acompaña mi insomnio,
al ritmo de las gotas de agua,
que marcan el tiempo del silencio.

viernes, 22 de mayo de 2015

Ser canción

Ojos profundos,
cejas oscuras como tu piel,
sonrisa clara,
juvenil.

A veces ingenuo
y a veces perspicaz.

Hay sonidos de niño
en tus canciones,
y el día te ilumina,
cuando acaricias,
el rostro de la infancia,
en la plaza del barrio.

Pero tu música dice resistencias,
es alarido en la injusticia,
y se vuelve en tu vida,
una murga eterna.

domingo, 10 de mayo de 2015

Ausencia

Caen sobre el infinito,
las últimas caléndulas,
se arrastra sobre el lirio
 el amarillo del otoño.

Se mueven esos álamos
al ritmo de los vientos,
que invitan a la noche,
a posarse en su sitio,
a iluminar con su luna,
los secretos perdidos,
nuestro bello horizonte
de pan y de deseo,
de sexo entre lamidas,
de sexo entre tu manos,
de sexo entre mis nalgas,
de sexo entre mi pene erecto
y tu boca embebida,
de mi semen viscoso,
mientras la noche oscura
que penetra en tu cuerpo
te abre las heridas.

Al fondo del abismo,
al interior del día,
se mueven nuestras formas,
se mueven nuestros cuerpos,
como a la luz del día.

Yerto, muerto,
abierto, inmóvil,
de par a par mies piernas
como una vez tu sexo.

Yerto, silencioso,
abierto entre mis piernas,
peladas, blancas, pálidas,
que otras veces tuvieron el calor de tu sexo,
el tibio semen blanco
que me diste algún día.

Y yo miro las sierras
y me quedo perdida,
quizá pensando en ella,
quizá queriendo salir de esta noche abrumante,
de esta tristeza mía,
que al regresar a casa
me devuelve a tus manos,
me devuelve entre tus ojos tardíos,
y tu mirada dice,
que ya no estoy contigo.

Mi cuerpo deseado

Mi cuerpo está empapado
por tu sudor,
por tu saliva,
por tu semen que deja perfumadas mis nalgas,
mi pecho,
mi esternón,
mi cuello,
mi cara,
mi nariz.
Semen impregnado,
saliva impregnada.
Espesa,
como la selva.
Espesa,
como la noche oscura, sin luna.

Espesa.

Mi cuerpo empapado,
ahí puesto sobre la cama,
lleno,
extasiado,
saciado,
sin poder parar,
sin poder descansar,
pidiendo más…

Semen,
saliva.

Espesa,
como mi tristeza a veces,
como tu angustia,
como tu dolor.

Saliva espesa,
viscosa,
lubricada.

Sigo ahí,
en el mismo lugar,
bajo la misma tela,
sobre la misma cama,
sobre el mismo dolor,
sobre la misma tristeza
que me sigue, que me lleva.

Mi cuerpo pide semen,
mi cuerpo pide saliva.

Espesa,
como tu mirada,
como tu pelo.

Espesa,
como tu boca abierta
sobre mi pecho,
como tu boca abierta
en mi semen,
como tu boca abierta
en mi sexo,
en mi cuerpo,
en mi amor.